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Henoch, el Gran Profeta del Futuro, iluminado y tomado de la mano por el Dios Omnipotente, Omnisciente, Omnipresente.
Concediéndole atributos divinos, Henoch se volvió por el querer del Dios-Uno omniconsciente en el Espíritu. Viviendo entre los hombres tuvo el Don de penetrar el tiempo y el espacio más allá de toda Generación humana, dejando escrito textos reveladores, de consolación y de castigo para los desobedientes y perversos.
Traspasó el tiempo, compuesto por pasado-presente-futuro, porque así lo quiso Dios.
Henoch concibió a Matusalén que fue padre de Noé.
Cuando cumplió su misión, Henoch no gustó la muerte como los hombres de la Tierra, sino que "anduvo con Yavhé y desapareció porque Yavhé se lo llevó. Fué trasladado para no ver la muerte, y nunca fue hallado, porque Dios lo trasladó" (Hebreos 11,5).
Dejó escrito un Tratado de Sabiduría y de Futuro, que en nuestra época ha podido ser descifrado.
Concediéndole atributos divinos, Henoch se volvió por el querer del Dios-Uno omniconsciente en el Espíritu. Viviendo entre los hombres tuvo el Don de penetrar el tiempo y el espacio más allá de toda Generación humana, dejando escrito textos reveladores, de consolación y de castigo para los desobedientes y perversos.
Traspasó el tiempo, compuesto por pasado-presente-futuro, porque así lo quiso Dios.
Henoch concibió a Matusalén que fue padre de Noé.
Cuando cumplió su misión, Henoch no gustó la muerte como los hombres de la Tierra, sino que "anduvo con Yavhé y desapareció porque Yavhé se lo llevó. Fué trasladado para no ver la muerte, y nunca fue hallado, porque Dios lo trasladó" (Hebreos 11,5).
Dejó escrito un Tratado de Sabiduría y de Futuro, que en nuestra época ha podido ser descifrado.
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